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Algunos vándalos pintarrajearon la sede del comando de Boric. «Boric amarillo», «No + Sename» y «Libertad a los presos de la revuelta» fueron parte de los rayados en la casa ubicada en Providencia y que pertenece a la Universidad de Chile. Esto no daría ni para anécdota si no fuera por el momento, el contenido, y las reacciones de Giorgio Jackson y Camila Vallejo. Aquí se comenzó a configurar uno de los principales dolores de cabeza del próximo gobierno.

Según El Mostrador, desde el comando de Boric reaccionaron con “comprensión”: “Nosotros entendemos que las personas quieran manifestar su opinión, eso es algo legítimo, pero este es un lugar prestado en el que la Universidad de Chile nos ha acogido», comenzó diciendo Giorgio Jackson, jefe político. «Esperamos poder entregarlo exactamente en las mismas excelentes condiciones en que lo entregaron», añadió.

Palabras parecidas emitió la diputada Camila Vallejo. «Son totalmente legitimas las formas de expresión, sobre todo en estos temas en que hay una deuda pendiente, pero esta sede es prestada, la universidad nos acogió y tenemos que devolverla en las mismas condiciones, así que ojalá encontrar otras maneras», indicó a la prensa.

O sea, si bien es cierto, no es menos cierto….

Woow. Si yo fuera periodista, les juro que les habría preguntado: ¿perdón, diputados, pero…. si en lugar de unos pintarrajeos hubieran quemado la sede completa? ¿Sería igual vuestra respuesta? ¿Si los hubieran metido presos, ustedes ahora los llamarían “presos de la revuelta” y pedirían su indulto? ¿Dónde y sobre todo cuándo se pinta la raya, diputados? ¿Si mañana quemaran una estación de Metro, cual sería su respuesta ahora que ustedes son los que designarán a las autoridades de esa empresa pública?

Intuyo cuál sería la respuesta a estas preguntas: puras evasivas, y encontrar la manera de salir del aprieto sin demasiados moretones, como los que hoy les están dando en Twitter, donde los están reventando precisamente con este caso.

El problema, estimados lectores, es que si yo fuera parte de su comando, probablemente hubiera respondido con algo parecido para salir del paso. El equipo de Boric, que probablemente en 2019 ni siquiera soñaba con ser gobierno, se está encontrando de sopetón con el dilema: ¿seguir respondiendo a sus bases juveniles, o defender el Estado de Derecho?

Un 51% de los jóvenes entre 18 y 24 años justifican siempre o casi siempre la violencia en luchas sociales, según indicó la Encuesta Bicentenario 2021. Pero por otro lado, 64% de los encuestados opinan que el uso de la fuerza es un hecho grave y capaz de destruir el orden institucional del país.

He ahí el quid del asunto. La Camila o el Giorgio de Ministros del Interior, ¿seguirán respondiendo igual que cuando eran la patrulla juvenil? En una de esas, diseñarán la dupla del “duro y el blando”. El Ministro del Interior da un vago apoyo a la violencia, y el Presidente Boric lo regaña en público, pero con cierta suavidad, y ahí seguirán navegando.

¿Hasta cuándo? ¿Qué instrucciones le darán a Carabineros frente a ésta o más graves situaciones? De hoy en adelante van a encabezar una coalición que por fuerza deberá ser lo más amplia posible, si es que quieren resolver los problemas reales y no meramente simbólicos de la ciudadanía. Muchos integrantes de su coalición, y ni que decir las víctimas directas de la violencia, están en o representan a casi 2/3 de la ciudadanía que ya no soporta más esta situación.

Yo mismo, a mis tiernos 73 años, he llegado a comprender que la violencia del 18 O fue hasta cierto punto necesaria. La razón es simple, las elites políticas y económicas de Chile jamás habían reaccionado frente a marchas pacíficas, aunque hubieran juntado a más de un millón de personas en las calles. Pero si acaso la justifiqué sorprendido en Octubre o Diciembre de 2019, me pareció menos aceptable el 2020, y ya inaceptable el 2021

El maravilloso Pepe Mujica fue Tupamaro en los años 60, estuvo preso casi quince años, fue diputado, y luego llegó a ser jefe de estado en 2010. Tuvo 50 años para ir madurando, y la patrulla juvenil llego al gobierno en sólo 10 años. Mandela, que pasó de la cárcel a la presidencia, le aclaró a todos, de sopetón, que el gobernaría para negros y blancos por igual. Cuando Patricio Aylwin tomó posesión, saludó a los militares en su discurso, frente a una rechifla generalizada… que el supo cortar con las dotes de liderazgo que exhibiría de ahí en adelante.

Este tironeo, incluso interno, que enfrentará el futuro gobierno tal vez será el más grave problema político de todos los que deban enfrentar. Navegar tironeados entre sus bases juveniles y los adultos que ya requieren y exigen poner coto a este asunto, y no solo desde la derecha.

Sólo un sabio liderazgo de Boric lo podría llevar a adoptar actitudes como las de Mujica, Aylwin o Mandela. El gobernará para los residentes del Sename y también para Carabineros de Chile. En los próximos cuatro años, su patrulla juvenil tendrá que madurar a golpes, como membrillos de colegial. Menudo problema.

 

(Esta columna de opinión apareció el 8 de enero en El Mostrador)

 

 

 

 

8 Comments

  • Isaquino Benadof dice:

    Mario: Otra cosa es con guitarra dice el folklore. Y la guitarra se la pasaran a los muchachos recién en marzo próximo, y ahí recién veremos como la tocan. Espero por el bien del país que suene bien y con una letra clarita para entender la tonada. Viva Chile.

  • Rene Silberstein alias Kalamardo dice:

    frecomendacion para que boric se pueda transformar en el líder que se necesita: Estudia la vida y la estrategia de JACINDA ARDEN , la flamante primer ministra de Nueva Zelanda. Mira su estrategia , sígulea y emúlala.

  • Consuelo dice:

    Solo hay que vivirlo! Que sea lo mejor para nuestro pais. La experiencia tambien fue joven inexperta .

  • Guillermo Muñoz Herrera dice:

    Tremendo cacho en el que se metió Gabriel Boric!
    Hay que ser valiente para tomar esa papa caliente.
    Que la valentía vaya con sabiduría!
    Y como es re joven, tendrá que preguntar a los mayores; me tinca que él lo hará, pero algunos cabezas calientes de su generación se van a irritar!
    Se aprende a porrazos, el riesgo es desde la posición desde que le toca.
    Ponderación! Reflexión!

  • Isabel Riquelme Aguirre dice:

    Después de escuchar a G. Jackson y a Camila Vallejos, cuesta mantener el optimismo de que el joven presidente electo pueda lograr gobernar respondiendo a la reales necesidades de nuestro país. Sus intervenciones desde la segunda vuelta, permitían que los que veíamos muy desconfiados sus posibilidades de gobernar bien, tuviésemos esperanzas de que lo lograra, pero mientras sus más cercanos colaboradores intenten justificar la violencia como un método válido para lograr los objetivos propuestos, nuestras esperanzas parecen más una ilusión. ¿Podrá Gabriel Boric ser un Mandela, a sus 36 años?

  • Camilo Fuentes dice:

    Los viejos reaccionarios decían: la muralla es el papel del canalla.
    Es una afirmación despectiva, pero tiene el mérito de reconocer que una pintada no es más que una opinión expresada públicamente, Repito: nada más que eso.
    El razonamiento del señor Waissbluth parte de una premisa muy endeble: «si en lugar de unos pintarrajeos hubieran quemado la sede completa?
    Entre pintar la muralla de una casa y quemar la casa hay una distancia enorme. No es razonable pensar tan ligeramente que personas (que no conocemos) puedan pasar de pintar consignas de opinión -de forma tan plebeya- a acciones más graves como quemar el edificio completo.
    Las reacciones de Giorgio y Camila son reacciones de personas sensatas que se atienen a la realidad de lo sucedido sin entrar en especulaciones infundadas.

    • Mario Waissbluth dice:

      Estimado Camilo: te respondo citandome a mi mismo en esta columna: «El problema, estimados lectores, es que si yo fuera parte de su comando, probablemente hubiera respondido con algo parecido para salir del paso»
      Estamos de acuerdo entonces.

      • Camilo Fuentes dice:

        Estimado don Mario:
        Creo que no estamos de acuerdo. No pienso que los muchachos hicieron esas declaraciones solamente para salir del paso.
        Fines de los 60 y principios de la década del 70, en Chile vivimos actos de violencia mucho más serios: enfrentamientos entre elementos de diferentes partidos políticos y enfrentamiento de éstos con las «fuerzas del (des)orden». Quiénes tuvimos responsabilidades de encauzar la acción política a nivel de las bases debíamos saber evaluar qué actitud era conveniente para que las cosas no tuviesen consecuencias graves. Ello implicaba estimar el nivel de «energía» que los actores invertían en sus acciones. Por lo que estoy seguro de que aquellos que rayaron los muros no tenían intenciones más serias. No niego que una acción más seria, incendiaria, es posible, pero esa vendría de un sector muy diferente del espectro político.
        Saludos cordiales.

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