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Partes de esta carta fueron publicadas en la prensa por Pablo González y Mario Waissbluth,
Centro de Sistemas Públicos, DII Universidad de Chile.

El programa de uno de los candidatos, con buena probabilidad de ser Presidente, propone “condonar las deudas del CAE para un millón de habitantes y un sistema de transitorio de créditos hasta alcanzar gratuidad universal”. En los hechos prácticos, una vez condonadas esas deudas, es evidente que no habrá estudiante actual o futuro que no esté de facto en gratuidad, pues nunca más pagará ni un peso.

El costo de esta condonación, según el ex Ministro Nicolás Eyzaguirre, son US$ 8 mil millones de deuda CAE y US$ 4 mil millones de deuda del Fondo Solidario, o sea un 4,7% del PIB actual. Este es el gasto inicial, y a futuro serían del orden de US$ 5.8 mil millones anuales, puesto que, de facto, el día que se condone el primer crédito, nunca más nadie pagará ni un peso. Esto equivaldrá entonces, aproximadamente, al 2% anual del PIB, es decir, un buen pedazo de toda la reforma tributaria factible de conseguir en los primeros años.

Los asesores de Boric claman que en realidad el flujo de pago del perdonazo fiscal sólo será de US$ 350 millones anuales por 20 años. Omiten discretamente decir que en las cuentas fiscales, el costo completo del perdonazo se convierte ipso facto en deuda publica.

Contrario a lo que pudiera creerse,  incurrir en estos gastos fiscales aumentará la INequidad de Chile. Education at a Glance 2019, última edición de una publicación de la OCDE, muestra que la inversión en educación superior en Chile es muy rentable para la persona que se beneficia con esos estudios. Por cada peso privado  invertido en educación superior, el varón en promedio obtiene un retorno privado en términos de mayores ingresos futuros de 17,4 pesos en valor presente, calculado con una tasa de descuento de 2%. Es el más alto retorno de todos los países que componen la OCDE, que en promedio es 6,4 pesos. En las mujeres es algo menor, pero elevadísimo igual. En términos del valor neto de los beneficios (después de descontar los costos), el beneficio que se apropia un individuo que logró estudiar en la educación superior es superior a medio millón de dólares PPP de mayor riqueza personal, solo superado por EEUU.

En la práctica, este Programa de Gobierno le quiere hacer un regalo a alguien que ya esta recibiendo un gran premio, lo cual equivale a pagarle el costo del boleto ganador del Loto a quien ya se lo ganó. El premio consiste en salarios mucho mas elevados que los que no estudiaron, considerando un interés de 2% que es el bajísimo valor que ahora tiene el sistema de crédito. La desigualdad del Indicador de  Gini de nuestro país se explica fundamentalmente por diferencias entre quienes pasaron por la educación superior (aun sin que la terminen) y el resto de la población. ¿Queremos aumentar aun más el Gini?

Por otro lado, alguien pudiera decir que entonces correspondería que aun más gente pase por la educación superior, que es tan rentable para las personas. No. Las coberturas de educación superior de Chile ya son superiores al promedio OCDE. A los 20 años, un 53% de la población está en educación terciaria, contra un promedio OCDE de 39%. Meter más gente al sistema solo incrementará el número de titulados frustrados que patean piedras, pues al menos por ahora no hay suficiente capacidad para dar empleo remunerado a tantas personas. Les convendría mucho más comenzar a trabajar a los 18 años.

Otra de las consecuencias de esta medida: un altísimo porcentaje de las Ues e Institutos de Chile son bien truchas, y la gratuidad total los incentivara a ampliar «el negocio» y cometer todo tipo de tropelías. Para que el lector se ubique con la información oficial

¡hay 22 universidades y 360 institutos a los que se les ha revocado la licencia desde el 94 a la fecha!

Todas han dejado alumnos en la estacada, y hacen este pingüe negocio gracias al dinero fácil que circula por el sistema de educación superior. No todas han tenido acceso a gratuidad hasta ahora, pero el oro líquido se derrama por insondables conductos. Imagínese con gratuidad total.

Lo que sería verdaderamente útil, en lugar de esta política absurda para seguir proveyendo títulos truchos, es comenzar a desplegar masivamente un programa de micro-credenciales de educación superior,  es decir estudios mucho más cortos, que faciliten a las personas la posibilidad de obtener trabajos que, por así decirlo, sean acordes a lo que han invertido en estudiar y que les permitan tener una vida digna. Así, las personas irían sumando flexiblemente estas micro-credenciales en diversos temas y construyendo gradualmente una carrera próspera a medida que cambia el mundo y las demandas laborales del sector productivo y público.

Pensemos ademas en todos los profesionales que ya pagaron su crédito, o están al borde de terminar el pago. Son muchos. ¿Qué gran injusticia, verdad?

Por último, si es que el candidato siente que está en deuda moral o comunicacional con toda la generación de millenials que lo acompañó en las luchas del 2011, es perfectamente posible pensar en una condonación muy focalizada a ciertos grupos de personas que están en una situación que les hace imposible el pago, aunque por cierto el crédito actual sólo exige el pago de un 10% del ingreso mensual del deudor, y si no hay ingresos durante X meses, no se paga. Las historias de deudores del CAE estrangulados son, por lo general, fake news.

Pensemos en los niños, por favor.

El ex Ministro Harald Beyer ha hecho la siguiente estimación: “es poco presentable que se gaste del orden de US$ 4.900 dólares al año en un estudiante de educación superior que hoy es de bajos ingresos, pero que tiene un enorme potencial de mejorar su calidad de vida en el futuro, y apenas US$ 122 anuales en una madre vulnerable cuyo futuro y el de sus hijos es poco halagüeño”. La diferencia es en verdad grotesca. Pero… estas madres no suelen hacer marchas por la Alameda, ya que están demasiado ocupadas ganando unas pocas monedas para la leche de sus niños.

¿Dónde habría entonces que focalizar estos enormes gastos de gratuidad que se proponen?  La respuesta es obvia:

  1. en recursos libres para madres vulnerables,
  2. en el Programa Chile Crece Contigo,
  3. en duplicar el número de educadoras de párvulos bien formadas y mejor remuneradas para mejorar la calidad y cobertura de la educación inicial (8 veces más rentable socialmente que la educación superior),
  4. en flexibilizar la oferta de las salas cuna, en días y horarios,
  5. en los programas del ex Sename,
  6. en combatir la violencia intrafamiliar y en la salud mental de madres y niños.

El futuro de Chile esta aquí y no en aumentar la inequidad que ya se ha generado por medio del sistema de educación superior, especialmente cuando un elevado porcentaje de los postulantes no entiende lo que lee cuando ingresa y tampoco cuando egresa.

15 Comments

  • Marcos Lima dice:

    Hace más de doce años atrás tuve la oportunidad de asesorar primero a la Junji y luego a Integra y me dí cuenta del drama que significa no seguir el camino planteado en vuestra carta. Incluso recuerdo Mario que me llamaste para pedirte el plan que habíamos desarrollado para ellos.. Si queremos un Chile más justo debemos partir pòr igualar la cancha en el momento que se están formando los niños. Durante los primeros seis años, el desarrollo cerebro mental de los niños es una ventana de oportunidades. Según un estudio de H Molina del 2006 en municipios pobres, 23% a 40% de los niños/as tienen un retraso: eso es un crimen que no puede seguir ocurriendo, más aún porque un grupo de privilegiados ex dirigentes estudiantiles universitarios quiere favorecer a los suyos con la plata de todos los chilenos.
    NO a la condonación del CAE

    • Marcos Lima dice:

      pedirme

    • Mario Waissbluth dice:

      Ciertamente, Marcos. Me preocupa severamente que esto ocurra, sería casi una tragedia populista de la mayor envergadura. El problema es que Boric se debe política y emocionalmente a sus «millenials», aquellos con los que marchó en el 2011, con Camila, Giorgio, Karol, etc. En cambio, las madres de esos niños no marchan por la Alameda… están demasiado preocupadas ganándose el pan y cuidando a esos niños 😭
      Un abrazo, y te ruego que recircules esto, que gritemos y chillemos por los niños.

  • Guillermo Muñoz Herrera dice:

    Mario, no puedo estar más de acuerdo! El futuro de al generación millenial ya está jugado y quizás es de las generaciones más favorecidas!
    El futuro se juaga en la sala cuna y el jardín infantil!

  • Alberto Chacon dice:

    Muy indignante que este proyecto elitista provenga de una candidatura que por otro lado es la expresión de anhelos de cambio. Responde más bien a grupos de interés que las necesidades de un país donde hay tanta necesidad educativa a nivel preescolar , básico y medio. Ojalá esto sirva para cambiar el proyecto en este ámbito.

  • Mariaelena Jara dice:

    Lo único que se me ocurre agregar a tan acertada columna es que de una vez por todas hay que darle pelota a las carreras técnicas. ¡No todas las carreras han de ser universitarias! Me parece que en Chile tenemos un prejuicio inexplicable (como lo son los prejuicios) en relación a las carreras técnicas… Se han ido derribando, sobre todo en lo referente a carreras de moda, como gastronomía, pero puchas que falta todavía.

    • Mario W dice:

      Hay que reconocer que en esto se ha avanzado. La matrícula en IP + CFT ya superó a la universitaria. Ojalá llegáramos a una proporción 2:1.
      Saludos

  • Enrique Bone dice:

    Hace unos días, después de la primera vuelta, al final de una clase de tenis se produjo una animada conversación sobre política contingente entre dos profesores; el mas joven ferviente partidario de Boric; el mas maduro partidario de Kast. El núcleo de la conversación era sobre los impuestos a las empresas : aumento o rebaja y la reforma tributaria asociada.
    Les propuse conversar sobre algo más concreto: la reforma tributaria implícita detrás de la condonación del CAE. Les expliqué a ambos que aumentar o rebajar impuestos era una discusión importante pero que habían cosas mas concretas en relación a la gente común y corriente, porque para las personas corrientes la solución de largo plazo es la educación: ambos tenían hijos escolares y concordaron rápidamente en que ese si que era un objetivo importante y concreto. Posteriormente les mostré que la condonación del CAE era completamente equivalente a una reforma tributaria, pero que los recursos obtenidos se regalaban a quienes si podían pagarlo (con las excepciones obvias). Que si se condonaba el CAE no habrá de dónde sacar dinero para mejorar la educación básica y la preescolar.
    Ambos se mostraron sorprendidos por esta información que no manejaban en absoluto: pensaban que lo del CAE era un tema político/ideológico sin consecuencias económicas importantes.
    ¡El pueblo está siendo engañado con esta propuesta! Los profesionales jóvenes usuarios del CAE quieren asaltar al pueblo de menores recursos; son carteristas de cuello y corbata. Lástima que tengamos un candidato que no se de cuenta de la burrada que propone.

  • fernando prieto d. dice:

    Cara pero mala…

    A partir de la Revolución Pingüina el 2006, Chile aumentó su presupuesto anual en educación en US$ 11.500 millones. Junto a Costa Rica lideran el porcentaje del gasto público en educación en torno al 21% del presupuesto, mientras el resto de los países latinoamericanos dedican entre el 14 y el 16% de su presupuesto a educación. En estos últimos 15 años no ha habido variaciones relevantes en los resultados de las pruebas SIMCE ni en las pruebas PISA. En estas últimas, al igual que todos los países de la Región, estamos bajo el promedio de los países que rinden esta prueba.

    Claramente la rentabilidad incremental de los mayores gastos en educación no ha dado los resultados buscados. A pesar del dramático retroceso en aprendizajes que ha producido la pandemia, la educación desapareció de la agenda pública, frente a seguridad, pensiones, salud, vivienda, migrantes, crisis hídrica. A un país resignado a esperar otra generación, la pandemia regaló la excusa perfecta para que, en vez de migrar a un nuevo modelo educativo, se sigan justificando por varios años más, los malos resultados académicos.

    Lo anterior es un claro ejemplo de cómo paradigmas equivocados llevan a soluciones erróneas. Por creer que «cambiar la educación toma una generación» se han aumentado persistentemente los recursos, ya que deberíamos ser pacientes y constantes para ver los resultados de una educación de calidad y, por pensar además que «hay que comenzar por los más pequeños», hemos dado por dañadas a las generaciones anteriores, no trabajando en mejorar las competencias básicas ni apoyando como se debe a los 5 millones de adultos que no han terminado su enseñanza media.

    Si bien hay buenas razones para hacer foco en la primera infancia, debe considerarse que hoy es posible nivelar conocimientos de forma personalizada en una app, en cualquier etapa de la vida. Para un mundo que tendrá decrecientes oportunidades laborales por la automatización y la IA y, en que el 50% de los trabajos serán remotos, es decir ocupados por una persona calificada de cualquier país, al salario más conveniente, es urgente hacer un foco en los millones de adultos analfabetos funcionales para que puedan seguir aprendiendo.

    Y en relación al negocio de las IES, hay medidas simples que podrían corregir distorsiones tales como que se acepte como natural que solo la mitad de quienes ingresan a educación superior se titulan. Una intervención simple bastaría: una prueba nacional de competencias básicas al final del primer año de educación superior que demuestre que la IES se hizo cargo efectivamente de las brechas acumuladas de cada estudiante que aceptó y, que lo dejó en condiciones de enfrentar su carrera. Si no fuera así, la IES debiera hacerse cargo del costo de ese primer año. Metodologías innovadoras y buenas ideas hay muchas. Falta la voluntad de cambio en un ecosistema de educación de US$ 15.000 anuales….

  • Luz dice:

    A mi me educaron de otra manera. Mis padres pagaron la educación de los 3 hermanos en el colegio y en la universidad. Y yo pagué la de mis hijas las dos ingenieras. Yo fui profesora y a veces secretaria y mi marido siempre ejecutivo de grandes empresas en Bellsouth. Fue gran sacrificio económico por muchos años. Ahora hay créditos y diferentes modalidades psra estudiar. Creo que al menos deberían pagar el 70%. Grstis no. No hay nafa gratis en esta vida y si acostumbramos a nuestros hijos a esto de no pagar a pesar de haber adquirido un compromiso no me parece correcto. La pandemia dejó a muchos sin trabajo y a muchas Pymes como la mía sin prosperar pero todos nos vamos a recuperar!!!!!!

    • Mario Waissbluth dice:

      Luz, gracias. Tienes razón. Hoy día el crédito CAE (con aval del estado) solo exige repagarse en cuotas que no pueden superar el 10% del ingreso mensual, y si están sin trabajo no pagan. Ya te quisieras ese crédito para comprarte una casa, ¿verdad?
      Saludos

  • Jorge Acuña Valencia dice:

    Es al pura verdura Mario. La inversión en los niños es la plata mejor invertida. Son esponjas que se tragan todo. Ahí coloquemos las lucas y que para la educación superior se haga un pregonado escalonado y con pinzas.
    Bien Mario, sigue en tu campaña. Te apoyamos.
    Jorge Acuña Ing69

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