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Una excelente columna de Eduardo Engel en El Mercurio, marzo 13, se titula “¿Extender el plazo de la Convención Constitucional?”. Copiaré tres de sus párrafos centrales:

“Las noticias sobre normas de la Convención Constitucional que generan preocupación se suceden día a día, sin distinguir debidamente entre normas que tienen una chance real de terminar en el texto final y las que no tienen ninguna posibilidad.

Una norma nace de un grupo de convencionales (o una iniciativa popular) y es analizada en una de siete comisiones, que la puede aprobar o rechazar. Si la aprueba, pasa al pleno para su votación en general. Aquí votan los 154 convencionales y se necesitan dos tercios para su aprobación. Si se rechaza vuelve a la comisión que puede hacerse cargo de las objeciones del pleno e intentarlo nuevamente. Si se aprueba se dice que se aprobó en general y vuelve al pleno para su discusión en particular, donde se puede introducir modificaciones mayores. Luego de esta discusión se vuelve a votar en el pleno, donde nuevamente se requiere dos tercios de los votos para pasar a la etapa siguiente. Si pasa se dice que fue aprobada en particular. Si obtiene menos de la mitad de los votos la norma muere allí. Si obtiene entre la mitad y dos tercios, la comisión tiene una última oportunidad para modificarla y presentarla de nuevo al pleno. Finalmente, las normas que son aprobadas en particular serán analizadas por la Comisión de Armonización que, haciendo honor a su nombre, buscará armonizar el conjunto de normas en el texto final que será sometido al plebiscito de salida. Sin embargo, su reglamento limita el rol que pueda tener esta comisión….

…Convencionales diversos han comenzado a plantear la posibilidad de pedir al Congreso una extensión del plazo que vence el 4 de julio. Una prórroga sin cambiar el método de trabajo no contribuirá a un mejor texto. Una prórroga solo tiene sentido si viene acompañada de nuevas instancias que evalúen el texto completo, que faciliten un diálogo político mirando el conjunto, y que permita introducir cambios sustantivos. Un camino alternativo, el único si el Congreso no aprueba una extensión, sería dotar a la Comisión de Armonización de mayores atribuciones….”

La ineptitud referida en el título de esta columna consiste no solo en el amplio caudal de propuestas absurdas que emergen a diario de las Comisiones, sino en el hecho de que la primera Presidencia de la CC se tomó nada menos que seis meses – en una lógica parecida a la de una estridente asamblea de 2º Medio – para culminar con un proceso de trabajo prácticamente “diseñado por el enemigo”. Si se releen con detenimiento los pasos descritos por mi amigo Eduardo, son entre siete y nueve, dependiendo del destino (o más bien vapuleo) que reciben las propuestas en las votaciones plenarias, hasta que puedan llegar a conformar el texto final que se plebiscitará. Hubiera bastado elaborar hace algunos meses un simple cronograma o carta Gantt para concluir la virtual imposibilidad de finalizar con un texto coherente y armonizado antes del 4 de julio. Es como si los despelotes y los graffiteros de las protestas en Plaza Italia/Dignidad se hubieran trasladado con camas y petacas al interior del edificio que alberga a la Convención, para continuar la fiesta en su interior. Será en consecuencia una constitución como pegoteo de graffitis si seguimos por aquí. Cada inciso, un graffiti y así de coherente será el resultado final.

A esto se suma el pésimo trabajo comunicacional de la Convención, que hace muy difícil que los ciudadanos de a pie tengamos información fidedigna acerca de cuáles normas están ya aprobadas y en cuál etapa. Para remate, en materia de los contenidos sustantivos, es evidente que un grupo ultra se “apropió” de la Convención, sin ninguna consideración por el hecho de que la gran mayoría del país no comparte sus posiciones, y sin ninguna disposición a negociar con la derecha, que hoy tiene prácticamente la mitad de los escaños del Congreso, y es esta entidad la que tendrá que legislar la implementación de la nueva Constitución si se aprueba en el plebiscito, cuestión que es bastante probable.

80% votamos por el Apruebo, y de ese 80% es probable que más del 90% tenga escaso interés para estudiar y analizar las eventuales barbaridades sometidas a votación, por lo que votará mas bien guiada por las “emociones constitucionales” que por su contenido sustantivo. En este probable escenario de aprobación final, es probable que los cuatro años del gobierno de Boric queden entrampados en la discusión legislativa para implementar las ya aprobadas barbaridades constitucionales, y con escasa posibilidad de discutir sus propuestas programáticas. Sobra decir que esta inestabilidad normativa significará que la mayoría de los empresarios detendrán por largo tiempo sus inversiones (con toda razón), con el consecuente impacto en el empleo y el crecimiento.

Uso el término “barbaridades” con certeza y convicción. No soy “rechacista”, ni derechista, voté por Apruebo, y creo que el país necesita una nueva Constitución. Pero no una con descentralización e indigenismo extremos, que terminarán fracturando al país en centenares de autonomías políticas, económicas y judiciales, con una plurinacionalidad que no resiste análisis. También considero barbaridades a) la eliminación del principio democrático de “un ciudadano un voto”, b) las posturas en contra de la propiedad y la empresa privada, con los intentos de nacionalización sin pago a valor real (algunos dicen que sin pago y punto) de empresas mineras, forestales o de agua potable,  c) debilitar los partidos políticos sujetos a legislación y normas, creándoles competencia de agrupaciones sociales y gremios, lo cual conduciría a la total atomización del Congreso y otras instancias de elección popular, y d) tal vez lo más grave, la virtual demolición de la institucionalidad parlamentaria y judicial, con un Senado de pacotilla y un Poder Judicial cuyos jueces quedan a merced de las pulsiones políticas del momento.

(Si el lector desea incursionar en un poco más de detalles de las barbaridades y sus implicaciones, puede leer en este mismo blog la columna «Complejidad Constitucional Cuasi Catastrófica» ) Aunque se hayan aprobado pocas de estas barbaridades en su versión definitiva, subyace en casi todo lo que emerge de Comisiones, en alguna de sus etapas, una ideología completamente ajena a una social democracia moderna. Es una suerte de izquierdismo sesentero con una mala copia del estado boliviano, que tiene nada menos que 41% de población indígena, vs. un 5% en el Chile rural, aquellos que son indígenas 100%. ¿Plurinacionalidad para esto???

Entonces, procede la discusión de la eventual prórroga de plazo que ya comienzan a solicitar algunos convencionales. ¿Prórroga para más de lo mismo? Ni con flecos. Es hora de que el nuevo Congreso que se instaló esta misma semana “se ponga los pantalones constitucionales”, golpee la mesa, y exija condiciones para esa prórroga, no sólo respecto al proceso de trabajo, sino también para la creación de alguna instancia intermedia, del propio Congreso, que retroalimente a la Convención, capítulo por capítulo, para explayarse sobre las consecuencias de los mismos, y sus eventuales dificultades legislativas.

Otra alternativa, complementaria a la primera, sería la realización de un plebiscito previo al final, en que se expongan con claridad los diversos capítulos constitucionales a la ciudadanía, para que esta decida sobre el Apruebo o Rechazo por separado en cada uno de ellos, con conocimiento de causa. Preferible que nos demoremos un año adicional, a sacar una Constitución al vapor, que marcará los destinos de nuestra patria por décadas.

 

 

14 Comments

  • Rolf Fiebig Zarges dice:

    A muy justificadas dudas induce
    Enorme preocupación produce
    Cada propuesta destemplada
    De la Convención sagrada
    No queda más que esperar
    Haya formas de enmendar
    ¡Y para bien todo encarrilar!

  • Gonzalo dice:

    Agradezco el afan pedagogico y claridad en la exposicion de los argumentos sobre los multiples pecados de este borrador de Mario. Asimismo sugiero escuchar entrevista biobio al abogado Rodrigo Poyanco sobre la aberracion de sistemas judiciales paralelos ( podrian llegar a 7) sin que exista codigos de «justicia indigena

  • Carlos Méndez dice:

    Mario Waissbluth. Usted está bastardeando el procedimiento o trámite constitucional de la Convención y lo hace intencionalmente para enredar a sus lectores. No voy a gastarme en explicarlo aquí, cuando las normas y procedimiento constitucionales pueden encontrarse en el Reglamento General, en el sitio web de la CC. Las normas de trámite, no son diferentes de las que dispone la Cámara de Diputados o el Senado de la Nación en sus trámites legislativos. Más aún, los pasos legislativos son mayores en cantidad y tiempo en Valparaíso, porque son dos cámaras legislativas. Donde Mario – y resto de amarillos – concurrieron varias veces invitados y es lo que les duele. Haber perdido protagonismo o ser citados como expertos o asesores, por lo cual además, se les pagaba u obtenían favores del gobierno de turno. Mario, las comisiones temáticas son siete (7). No nueve (9). Avísele a su amigo Eduardo.

    • Mario Waissbluth dice:

      Don Carlos, agradezco la precisión respecto del numero de Comisiones. Lo corregiré ahora mismo en el post, y le avisaré a mi amigo.
      Respecto a sus otros comentarios:
      a) si acaso las normas de trámite no son diferentes a las del Congreso, si es muy diferente el que el Congreso tiene plazos mucho más amplios que los de la CC para tratar un número dramáticamente menor que los centenares, sí, centenares de propuestas absurdas que emanan de Comisiones. Usted bien sabe que no alcanzarán a realizar su labor ni en el triple del tiempo que les resta, por no haber previsto un procedimiento más simple. Ahora tienen que hacer votaciones dando 3 minutos por tema…… muy sólidas. ¿Se tomaron SEIS MESES para simplemente copiar el procedimiento del Congreso? Mayor aun es la ineptitud.
      b) me importa un soberano sorete si he perdido o no protagonismo ( y para su disgusto, creo que NO lo he perdido), nunca he recibido pago alguno por ir al Congreso (numerosas veces) a exponer sobre algún tema, ni he obtenido favores de nadie. Sus comentarios finales tienen un leve tufo a chaqueteo y resentimiento, se los podría haber ahorrado y su respuesta hubiera sido más digna. Sin embargo, respeto su derecho a decir lo que sea y no le borraré yo esos insultos.

    • Daniel L dice:

      Tu explicación solo sirve para validar el punto que hace Mario: si tal cual como mencionas “las normas de trámite, no son diferentes de las que dispone la Cámara de Diputados o el Senado de la Nación en sus trámites legislativos”, hay un error grave en el diseño del proceso ya que el congreso puede darse el lujo de demorarse años en ponerse de acuerdo, lujo que la CC no tiene y nunca tuvo, por lo tanto era una variable a considerar y hacer los ajustes necesarios al proceso. Loncon y Bassa se han abanicado harto con lo bien que lo han hecho, pero lo cierto es que el encontrarse en circunstancias de tener que pedir prórroga solo deja en evidencia el fracaso de su labor como Mesa.

      Por ultimo, decir que “ se les pagaba u obtenían favores del gobierno de turno” es una acusación grave, típico de quien trata de desprestigiar al interlocutor por sobre discutir el argumento.

  • Mario Durán dice:

    Concuerdo con Engel en que aumentar el plazo de la CC no tiene mucho sentido si siguen en el camino extremista y excluyente que han tomado. Con los mismos personajes y una centro izquierda muda que aprueba todo lo que viene de la extrema izquierda no le veo futuro al trabajo de la CC

  • Patricia Schaulsohn dice:

    Tanto respecto a los pasos para la aprobacion de las normas, casi imposible de seguir, como en cuanto a ciertos contenidos, aun no aprobados, por suerte, hay una gran responsabilidad del Congreso, que debio regular ambas materias de mejor manera. Si bien el Acuerdo fue celebrado con la premura de las amenazas o presunciones de que sin el habria un descalabro en la administracion de la democracia, al plasmarlo en la reforma constitucional que dio origen a la CC debio haberse puesto mas empeno. No estaban cazados por lo que consigno el Acuerdo. Prueba de ello es que este no contemplo los escanos reservados que fueron incluidos con posterioridad. Entre otras cosas, me parece que se debio haber exigido ciertos requisitos de capacidad y conocimientos a los postulantes a la CC. Pero ya estamos en esta y me parece que hay que apoyar el proceso con propuestas y criticas constructivas para mejorar lo que parece inadecuado, con el fin de que el texto final sea aprobado. El rechazo produciria una efecto peligroso para la paz social y la democracia.
    Calma, mucha calma, no dar por hecho lo que aun no lo esta , es decir dar por aprobado lo que esta en discusion y evitar las criticas con descalificaciones y sin argumentacion clara y contundente, entendible por la gente

    • Mario Waissbluth dice:

      Paty querida. Tus palabras son, como siempre para mí, un maná de sabiduría. Yo no tenía para nada claro, por ejemplo, los errores cometidos por el Congreso en este proceso, posiblemente por la premura de «contener el incendio».
      Un gran abrazo.
      Mario

  • Marco dice:

    Señora..despierte! No se da cuenta que los constituyentes no escuchan a nadie más que a ellos mismos. Es la oportunidad que tienen de acceder al poder gente ignorante con la que jamás nunca alguien sendato hablaría serismente. Cual seria el problema que gane el rechazo? No sería democrático? Si gana el rechazo la gente debe protestar? Por que? A trabajar por el rechazo. Si se extiende el plazo mejor. Más tiempo para que los payasos constituyentes sigan aumentando los votos para el rechazo. El apruebo ya no va. Se perdió la oprtunidad .Yo vote de buena fe por Patricio Fernández. Ni suena ese traidor para algo coherente que me represente a mi o a nadie que yo conozca o no conozca.
    A la próxima vemos que mejor constitución se puede conseguir.

    • Mario Waissbluth dice:

      No tengo problema con que gane el Rechazo si es una Constitucion pésima.
      El asunto es otro. Apuesto 10 contra sencillo a que en cualquier escenario gana Apruebo. Nadie lee la constitución, y votara por el sentimiento de que quieren una nueva Constitución y punto.

      • Marco dice:

        Ese mismo sentimiento es el que debe aprovechsr el rechazo. Argumentar no tiene valor y ya quedo más que demostrado La emoción es lo que vale..
        La gente de izquierda más que nadie cree que lo mal que le pase a otros está bien, pero cuando le pasa a ellos en sus narices hay que hacer algo para corregirlo. Por dedo apoyaron el estallido social y defienden el diálogo en la Araucanía, pero les tocará en la esquina de su casa reclamarian. La gente de izquierda cree que esta nueva basura se constitución no les afectará pero están equivocados. Incluso pueden ser los más perjudicados. Eso es lo que hay que emocionalmente comunicar para que el rechazo gane. No hay otro camino mejor.

  • Juan Carlos Peralta dice:

    Creo que están exagerando las críticas a la CC. Me parece bien que en el debate tanto de la convención (y en todo espacio público) se expresen las propuestas, pero tratar de deslegitimar la CC porque hay algún(a) propuesta que a juicio personal de cada uno, puede aparece afiebrada es desproporcionado. El texto de la nueva constitución esta aún en borrador y hay muchos convencionales expertos, juiciosos y representativos trabajando para conseguir al menos los dos tercios. Cómo si dos tercios y plebiscito de salida, fueran poco, vendrá una etapa bastante larga de debate legislativo para las leyes complementarias del texto constitucional.

  • Donna dice:

    Nada bueno se puede esperar de tanta mediocridad agravada de una arrogancia que a ratos se ve patetica . Los que votamos apruebo tenemos que reconocer que se farreo la oportunidad de aunar criterios para una convivencia razonable entre los habitantes de nuestro debilitado país .

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