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Estimado Presidente electo. No se si este o futuros textos le llegarán algún día, pero igual uno hace lo que puede y cree que debe. Me propongo, durante los próximos meses, enviarle por medio de mi blog varias propuestas que no sean demasiado controversiales (aunque a estas alturas sería un milagro que no haya ninguna controversia).

La idea es que, más allá de una orientación general amarillenta y socialdemocratoide, como me precio tener, pasen un filtro de razonabilidad y factibilidad de implementación. Creo que los ciudadanos tenemos el deber de hacerle a usted la vida fácil, no más difícil de lo que indudablemente ya va a tener por las razones que todos conocemos. Aquí va entonces la Propuesta #1: hagamos algo concreto por el cambio climático, la desertificación y la creciente y grave carencia de agua en nuestro país.

Si se googlea el término “Chile y  Cambio Climático”, se encuentran nada menos que cinco libros recientes. Sin duda que nuestra comunidad académica y técnica está produciendo conocimiento y propuestas de manera acelerada. Uno de estos textos dice: “Las proyecciones para mediados y fines del siglo 21 indican un aumento de la temperatura del aire de entre 2 y 5º C, una disminución de precipitaciones de 20% hasta un 50% en la zona central y sur principalmente, y un aumento de alrededor de un 20% en la región del extremo austral del país”. Ni que decir que las precipitaciones en el Norte ya son casi nulas, así es que no pueden cambiar mucho. Calor y sequía será nuestro karma, a menos que nos vayamos todos a vivir a su región, Presidente.

Por otro lado, en Chile solo queda la mitad de los bosques nativos que existían en el Siglo XVI. La fisionomía del país era completamente distinta desde Santiago al Norte. Hoy, desde Coquimbo hasta el Maule, la erosión y desertificación, producto de talas indiscriminadas para leña, desperdicios de agua, incendios intencionales para generar tierra cultivable (por corto tiempo), y la propia sequía, están arrasando con el suelo de las principales cuencas agrícolas del país, y también con la fauna autóctona.

Basta de ejemplos, podría agregar muchos. Existen, asimismo, muchísimas propuestas técnicas de todo tipo para controlar este proceso destructivo, desde pequeños embalses, reforestaciones en gran escala con especies nativas, aprovechamiento de energía solar, desalinización. El problema no es ese. El verdadero problema es nuestra falta de cohesión social para enfrentar este desastre, nuestra desconfianza ancestral, la crispación política, la desidia, la carencia de una conducción visionaria en este aspecto, estimado Presidente. Por eso es que ahora le toca a usted. Por eso mismo, le propongo esta no tan modesta propuesta.

 Decreto con Fuerza de Ley DFL Boric #1.

  1. Toda inversión en el territorio nacional que involucre activos físicos, no comerciales, deberá pasar, como hasta ahora, por el Sistema Nacional de Evaluación Ambiental, pero deberá incorporar no menos de un 7% de la inversión total en uno o más proyectos que contribuyan a la sustentabilidad ambiental y/o hídrica del país.
  2. Estos proyectos sustentables no necesariamente deben quedar  ubicados en la comuna del proyecto principal.
  3. También podrá considerarse la cooperación entro dos o más proyectos de inversión para aumentar la escala de los proyectos de sustentabilidad.
  4. Se excluyen de esta norma únicamente los casos en que la inversión principal tiene como objetivo central una actividad intrínsecamente sustentable.
  5. Las actividades o ámbitos denominados Sustentables serán especificados o revisados periódicamente por el Ministerio de Economía.
  6. El Ministerio de Economía y la CORFO establecerán comunas y áreas temáticas prioritarias. En estos casos, los proyectos sustentables contarán con un subsidio estatal del 25% de la inversión, y con depreciación acelerada del remanente.

Los proyectos sustentables podrán ser tan variados como una planta desalinizadora de agua, una central solar, un embalse o represa, una conducción de agua desde donde sobra a donde falta, ahorros significativos de agua en cultivos o en operaciones mineras, la replantación de cientos o miles de hectáreas con especies autóctonas de árboles para controlar la desertificación y la erosión de terrenos, y en general la generación eléctrica con ERNC.

Por cierto, cabe aclarar que esta obligación para los inversionistas NO constituye un impuesto, pues estos proyectos pueden ser perfectamente rentables, total o parcialmente. Pero… si es una obligación… para movilizar la actividad privada en torno a la que sin duda es la principal meta estratégica del país. Sin agua y con erosión, no sacamos nada con concebir una nueva Constitución, pues quedarán muy pocas actividades económicas para desarrollar en el país. 

Por ello, señores empresarios, si quieren invertir US$ 100 millones en un proyecto minero o en una planta agroindustrial, por favor, pónganse con US$ 7 millones para un proyecto sustentable. Adminístrenlo ustedes, o deleguen la administración en quien les demuestre la capacidad para hacerlo. Si obtienen utilidades del mismo, bienvenidos sean.

Por supuesto, ya hay importantes empresas (como COPEC) desarrollando encomiables proyectos en esta dirección. Si los montos de sus proyectos (verdaderamente) sustentables superan el 7% de su inversión total anual, su obligación de utilizar este mecanismo desaparece.

Las ventajas de esta propuesta:

  1. Crear un mecanismo “forzoso” para canalizar la inversión nacional en dirección a la sustentabilidad. La inversión nacional total fluctúa alrededor del 22% del PIB. Esto significaría agregar un 1.0 – 1,5% adicional del PIB al stock de inversiones, pero en torno a la sustentabilidad, por sobre la actividad que ya está teniendo lugar, pero a ritmo insuficiente.
  2. Lograr la colaboración público privada en torno a la sustentabilidad, pero dándole el protagonismo al sector privado.
  3. Crear un “cluster” de empresas proveedoras y universidades para aportar los insumos y conocimientos técnicos necesarios y, a partir del mismo, exportar estas tecnologías a otras partes del mundo. Por ejemplo, empresas especializadas en la reforestación, mantención y explotación controlada de bosques nativos.
  4. Deseablemente, detener los procesos erosivos desde Coquimbo al Maule, y ojalá, comenzar a reforestar estas regiones para llegar al nivel que estaban hace un par de siglos.

¿En qué topamos?

(N de la R: la idea original de esta propuesta me la “sopló” un buen amigo. Yo sólo le agregué los detalles de implementación. Le ofrecí publicarla a su nombre y se negó, y también se negó a revelar su nombre. La caricatura es del gran Alberto Montt )

11 Comments

  • Isaquino Benadof dice:

    Que ironía: 2/3 del planeta es agua, pero salada, y además 75% del cuerpo humano es agua, y cada día hay mas humanos y menos agua no salada. Entonces o disminuimos los humanos o generamos agua desalinizada urgentemente, si no no sobreviviremos. Simple ecuación. Por lo tanto aquí es donde el Estado debe aparecer como inversor semilla en este tipo de proyectos en alianza con privados, pero es el Estado el impulsor. Así lo han hecho las economías que han crecido rápidamente como Corea, Singapur e Israel por mencionar algunos. Simplemente sigamos su ejemplo y no inventemos la rueda.

  • Rolf Fiebig Zarges dice:

    Imposible que p. ej. una nueva constitución «per se» logre garantizar el derecho a disponer de agua a los chilenos, ¡ello representa solamente una vana ilusión!.
    Sólo acciones efectivas como la propuesta por Mario, concretas y novedosas lograrán este objetivo, las cuales deben comenzar a implementarse a la brevedad, antes de que sea demasiado tarde, a saber:
    1) plantas desaladoras en centro y norte del país.
    2) construir miles (4.000 o más) de pequeñas y medianas represas en nuestros esteros cordilleranos del sur para acumular aguas que se pierden en el mar en invierno y primavera. ¡Cada una con una planta hidroeléctrica y algunos incentivos y las podrían construir privados!
    3) poner barreras en los desagües de nuestros lagos de modo de subir su nivel en 1 o 2 metros y su capacidad de acumulación en Miles de millones de m3 de agua.
    4) construir represas en el norte para acumular aguas del «invierno altiplánico».
    5) carretera hídrica por nuestra cordillera para traer agua potable, pura, de consumo humano, de sur a norte.
    6) sistema de transporte de agua con un ducto instalado en el mar, a lo largo de la costa, desde las desembocaduras de los ríos del sur al norte para agua potable y regadío.
    7) …etc.
    ¡Definitivamente no basta sólo con deseos, más bien hay que ser PREVISOR y EJECUTIVO!

    • Alejandro Roth dice:

      Estimado:
      No soy técnico en estas materias pero, más allá de ser ejecutivos, como usted dice hay que ser previsores:
      1) Las plantas desalinizadoras requieren energía y desechan sal. ¿De dónde obtener la primera y qué hacer con la segunda? Supongo que la energía se podría obtener de plantas solares y que la sal debe tener aplicaciones, pero ¿a esa escala? No podemos seguir replicando el modelo de los relaves mineros.
      2) Las represas tienen ventajas, pero también grandes desventajas. El agua no «se pierde» en el mar, los sedimentos que arrastra son los que fertilizan las zonas costeras y reducen la salinidad en los estuarios.
      3) Podría funcionar, excepto que se secan los ríos que se producen de estos desagües. De estos dependen poblaciones humanas, cultivos y ecosistemas. No es trivial.
      4) No me pronuncio, pero me temo que se aplican (2) y (3).
      5) Hay una gran cantidad de ecólogos (no ecologistas) que se oponen a esta idea debido a 2 cosas: a) altera totalmente las zonas por donde pase dicha carretera hídrica y las consecuencias no son fácilmente previsibles. En ese sentido, probablemente sería mejor un acueducto subterráneo. b) Retira agua de lugares donde se necesita. En el sur no sobra el agua, los ecosistemas han evolucionado con esas cantidades disponibles.

      Obviamente que no quiero que mantengamos en el Status quo, pero por eso me parece más aplicable la propuesta de Mario, donde cada proyecto pasa por mecanismos de control y no depende de unos pocos individuos que digan: «saquen adelante ese proyecto, es una prerrogativa presidencial»
      Saludos

      • Mario Waissbluth dice:

        Gracias querido. La clave, como tu dices, es el análisis riguroso proyecto a proyecto.
        Como detalle, si devuelves toooda la sal al mar, la dilución volumétrica tiene un impacto insignificante.
        Abrazos

  • La crisis hídrica se veía venir desde hace una década y las autoridades no quisieron entrentar el problema, La solución es sistémica. No es desaladoras o via hídrica o embalses. Es un sistema interconectado de tuberías y embalses.
    Demasiado intereses y lobby en juego han trabado la implementacion de soluciones, junto a la inacción de las autoridades. Los que apoyan las desaladoras frenan las soluciones de trasvases entre cuencas y viceversa.

    Más allá de la factibilidad técnica de cada proyecto, hay ciertos factores que pesan. Igual nadie se atreve a cortar.
    – Las desaladoras son soluciones para ciertas zonas del país, pero no es la solución única, como lo es en Israel u otros países que no tienen otras fuentes de agua dulce.
    – Una solución de trasvase que capte agua arriba en una cuenca, es políticamente infactible. Ninguna región dejará que se saque agua que la propia cuenca ´pueda requerir.
    – Una solución por el mar, si bien es muy innovadora, existe poca experiencia en el mundo, como para hacer un acuerducto de miles de kilómetros.
    – Cuesta mucho entender la inacción frente a lo dramático de la sequía, cuando dentro de las alternativas que duermen en Concesiones hay algunas que cuestan montos similares al puente de Chacao y que solucionan la demanda humana y agricola entre Valparaiso y Concepción. De hecho cuesta entender que hayamos gastado más de US$ 1.000 millones en ese puente, al que ministros se opusieron explicitamente por su baja rentabilidad economica y social.

    Al final, como en muchos otros temas en Chile, la inacción no tiene que ver con recursos ni con la factibilidad de soluciones. Es solo falta de decisión política frente al poderoso lobby de alternativas con apellido, que tienen detenida la solución del problema.

  • Isabel Riquelme Aguirre dice:

    He estado muy preocupada por el destino de nuestro país e incrédula en relación a que el actual presidente electo pueda gobernarlo, debido a tanta violencia que ha sufrido precisamente las personas de más bajos ingresos (de plaza Baquedano hacia abajo) , que de alguna forma éste y sus seguidores han validado como correctas para hacer presente una serie de malestares, de distinta índole, que han producido un gran descontento en muchos habitantes del país. Sin embargo, al leer las propuestas de
    Mario Waissbluth, complementadas por otros, me asombra el optimismo con el que le proponen medidas muy razonables para hacerlas suyas, que pueden solucionar los serios problemas que nos está afectando el cambio climático . Dicho optimismo, me da esperanzas de que si son bien recibidas dichas propuestas y las que vengan posteriormente, por el presidente recientemente electo, significaría que estaríamos en una suerte de respeto a la democracia y de comprometernos con proyectos que nos encaucen al desarrollo real del país, con una visión de colaboración increíble. Por lo tanto, le deseo mucho éxito a Mario Waissbluth en que ésta y las próximas propuestas que efectúe sean bien recibidas y consideradas por nuestro presidente electo.

  • Mariaelena Jara dice:

    Quiero hacer un par de alcances relacionados entre sí; primero, en relación a plantar árboles nativos para detener la erosión. Los árboles nativos son de muy lento crecimiento y por ende, ineficaces para dicho fin. En Putú, en los años 50 se plantaron principalmente eucaliptos y pinos para detener las dunas y la erosión. En la región del Maule en la cordillera de la costa se plantaron pinos para detener la erosión por su rápido crecimiento, crece en 20 años lo que las especies nativas demoran 80 y más.
    Y lo otro es que es un mito, o derechamente fake news, el que pinos y eucaliptos favorezcan los incendios forestales. Se queman igual de rápido que cualquier especie nativa. Esto se lo escuché a un experto cuyo nombre no retuve, y que fue entrevistado en Radio Bío-Bío la semana pasada. Fue extremadamente asertivo y claro en este tema.
    Hasta ahí mi aporte.
    Feliz y sobre todo saludable 2022

    • Mario Waissbluth dice:

      Gracias. Hay una nueva variedad, ya disponible en Chile, llamada KIRI. Se adapta a muchos climas, crece 5 veces más rápido, absorbe 5 veces mas CO2, y mas encima da buena sombra y una floración maravillosa

  • Rene Silberstein alias Kalamardo dice:

    Mario, me parece que tu propuesta es de gran valor y espero sea considerada. Más allá de analizar los proyectos en sí, cero importante al respecto que el Estado / Gobierno desarrolle los protocolos para que si dicha propuesta sea llevada a la práctica, organice primero la parte burocrática. Hemos escuchado que tenemos que esperar un Estado más grande , y por ende probablemente más burocrático. Sería nefasto que los proyectos principales de los privados se vean trancados en espera de su brazo «proyecto ambiental». esto haría a los proyectos encarecerse por la improductividad de la parte «permisos y vistos buenos». Está visto que ésto ocurre en todo proyecto in mobiliario donde la demora de aprobación de los inumerables permisos constituye en tiempo, una pérdida de valor . La aprobación de los permisos demoran a veces lo mismo que la construcción misma del proyecto. Veremos que nos depara el futuro.

  • Jorge Acuña dice:

    Felicitaciones Mario. Una vez más nos pegas en los cachos.
    Referente a lo de Marielena Jara, pinos y sobre todo eucaliptus, absorben mucha agua y «secan » las Napas. Pero tenemos árboles nativos de menor envergadura mucho más amigables con el medio hídrico como son los Quillayes y los Peumos.
    Hay que estudiar muy bien lo del Kiri que al parecer es muy invasivo. No soy experto forestal en ningún caso.
    Y en lo referente a la inacción o burocracia añeja que nos emputece, con el perdón de los lectores por usar un chilenismo, bueno, esa es la mayor esperanza los que tenemos los +70 frente a la batuta que están tomando los sub 40.
    Muchas gracias por la oportunidad.

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