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Resumen Ejecutivo
Este ensayo ofrece una propuesta programática en el ámbito de educación inicial y escolar, que esperamos sea útil para las discusiones constitucionales y electorales que se avecinan en Chile.
Luego de un diagnóstico que identifica los avances y los principales problemas de nuestro sistema educativo, se describen propuestas de política pública, cuyo eje central es la construcción de un proyecto país en educación, que aborde los desafíos de Chile desde una mirada de largo plazo, creando una nueva épica nacional y un nuevo modelo de enseñanza-aprendizaje. Esta mirada puede sonar como una ambición poco sensata. Pero nos atrevemos a mantener esta afirmación, puesto que los avances anteriores y la evidencia de países exitosos en educación permiten ser optimistas en esta materia.
Nuestra propuesta está basada en un enfoque integral y sistémico, que involucra a toda la comunidad educativa: estudiantes, docentes, directivos y familias y que —teniendo como horizonte el 2030— incluye medidas para el corto, mediano y largo plazo, organizadas en 6 Objetivos Estratégicos, con sus respectivas políticas y planes:
1) Dar un salto importante en cobertura y calidad de la educación inicial, estableciéndose como la principal prioridad presupuestal, por su elevada rentabilidad educativa y social.
2) Mejorar la equidad de acceso a oportunidades educativas de calidad —uno de los problemas más severos de la actualidad—, disminuyendo la distancia entre los mejores y peores resultados de aprendizaje a nivel de aulas y de escuelas a nivel nacional.
3) Incrementar la inclusión educativa, desde una perspectiva que incorpore la dimensión social, cultural, económica y urbana de la segregación. Este es otro de los grandes problemas del país, complementario al de equidad y fuente primaria de nuestra grave falta de cohesión social.
4) Fortalecer la educación pública como un pilar central de la equidad de oportunidades y la inclusión social.
5) Mejorar la gestión del sistema escolar y sus diversas instituciones a nivel central y local, el que hoy constituye una verdadera lápida burocrática que inhibe la innovación e impide que docentes y directivos puedan enfocarse en el trabajo pedagógico.
6) Promover un nuevo modelo de enseñanza-aprendizaje, a través de instrumentos curriculares y metodologías que pongan a los estudiantes como protagonistas y les permitan desarrollarse en el ámbito cognitivo, corporal, espiritual y socioemocional, poniendo como foco las habilidades del siglo XXI y el desarrollo de trayectorias educativas pertinentes y motivadoras.
Buena parte de estas mejoras son de costo relativamente reducido y podrían ser de implementación expedita si se cuenta con la decisión política de llevarlas a cabo. La cartera completa de reformas implica un gasto incremental relativamente bajo. Hoy el gasto público chileno en educación es 5.4% del PIB, superior al 4.5% del promedio OCDE. El desafío es mas bien mantener esa proporción, pero reasignando recursos para las necesidades aquí expuestas.
Excelente propuesta que subscribo plenamente..
Sin embargo, entre las propuestas 4 y 5 cabe perfectamente avanzar hacia la REGIONALIZACIÓN EFECTIVA de la educación, desterrando, de una vez y para siempre la educación municipal. Dado que el nivel regional con gobernadores electos por vez primera, este sería el momento oportuno de traspasar las escuelas y liceos municipales a las gobernaciones.
Además, se abriría una ventana de oportunidad para ponerle el cascabel al gato: la municipalización eliminó al un cuerpo de profesores y profesoras que se había formado en las universidades tradicionales y en las escuelas normales en tiempos del Estado Docente. Con la regionalización serían recontratados sólo los/las docentes municipales que mostraran dominio competente de los saberes curriculares y pedagógicos que el nuevo modelo de enseñanza aprendizaje demandaría. Los demás serían desvinculados. . Para ellos habría que incluir equis punto más del PIB a fin de pagar las desvinculaciones, agregando el pago a los pocos docentes exonerados que aún sobreviven. La famosa «deuda histórica». Parte importante de ese equis punto adicional del PIB se destinaría a aumentar las remuneraciones docentes a fin de atraer a lo mejor de nuestra juventud a la profesión docente, formándolos en servicio con los mejores docentes y tecnologías.
Gracias Alfredo.
Estoy de acuerdo contigo, pero yo esperaría entre 5 y 10 años, hasta que la mayoría de los gobiernos regionales haya demostrado una buena calidad de gestión y razonablemente libre de clientelismos.
Luego, abordarlo de la misma manera que se ha hecho con la desmunicipalización actual, es decir, probarlo de manera piloto en uno o dos gobiernos regionales antes de seguir adelante.
Un abrazo
Mario